Los temas de salud mental siguen ganando espacio tanto en la cultura organizacional como en la sociedad. El ritmo de vida acelerado que llevamos, el tráfico de las ciudades, el exceso de tecnología, los roles multitasking, la presión académica, los problemas financieros, la preocupación por el futuro, los cambios en las relaciones sociales, entre otras actividades, han generado un aumento de los niveles de ansiedad en la población. El resultado es que muchas personas actualmente sufren de estrés.
¿Qué es el estrés? Se trata de una respuesta del organismo ante cualquier situación que requiere de una adaptación por parte del individuo, ya sea física o psicológica, y que puede tener efectos tanto beneficiosos como perjudiciales en el cuerpo y la mente. Pero es importante destacar que el impacto que tiene el estrés en la persona dependerá de su percepción de la situación estresante y de su capacidad para manejarla.
Por otra parte, hay que aclarar que existen dos clases de estrés: el adaptativo y el distress. El adaptativo es aquel que es percibido como desafiante pero manejable y que podría ser beneficioso porque la situación que lo genera no representa una amenaza directa para la persona. Mientras que el distress es distinto porque se trata de una amenaza directa e inmanejable. Puede traer efectos negativos para la salud y está relacionado con una situación peligrosa o fuera de control.
“Es importante entender que independientemente del entorno donde nos desenvolvamos todas las personas lo podemos sentir en algún momento de la vida de manera ilimitada. En ocasiones, el hecho de tener estrés y canalizarlo de forma correcta, nos permite actuar o controlar ciertas situaciones que ameritan una respuesta oportuna. De allí la importancia de aprender a gestionarlo de manera adecuada con un profesional o por medio de técnicas como: planificación del tiempo, relajación, hábitos saludables, entre otros”, explica Geraldine Palacio, People Consultant de Humanet.
Factores protectores y herramientas para canalizar el estrés
Si bien hay situaciones estresantes que se presentan de manera inesperada, hay que recordar que existen una serie de factores protectores que pueden ayudarnos a sobrellevar esos momentos, tales como: buscar apoyo social, mantener hobbies, hacer ejercicio, alimentarse de manera saludable y practicar regularmente meditación y respiración consciente.
Otras de las alternativas para afrontar el estrés son herramientas de salud mental como pueden ser la Técnica de Relajación Muscular de Jacobson y el Grounding.
La Técnica de Relajación Muscular de Jacobson consiste en cerrar los ojos e ir tensando y relajando poco a poco cada parte del cuerpo. Luego, se vuelve lentamente al estado de consciencia normal. Por su parte, dentro del Grounding encontramos la experiencia turbo 3,2,1. En este caso, se trata de que la persona cuando se encuentre en un estado de estrés tome algo que pueda oler, toque dos cosas de distinta textura y visualice tres colores que predominen en el lugar donde se encuentre en ese momento.
Este tipo de actividades pueden ayudar a disminuir el impacto que genera en el organismo estas situaciones, tal y como se resume en la siguiente frase: “Recuerda que no puedes detener las olas, pero puedes aprender a surfear», Jon Kabat-Zinn